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lunes, 14 de febrero de 2011

EL AROMA DE TU CORAZÓN

VI Domingo del Tiempo Ordinario. 13 de febrero de 2011.
Parroquia de Ntra. Sra. de Fátima. Garza García, N.L.


Continúa el Sermón de la Montaña. Cristo sube el listón (vs. ley mosaica). No sólo es “no matar”, sino tampoco insultar. No sólo es “no adulterar”, sino no mirar a una mujer con malos ojos. No sólo es “no jurar por Dios”, sino no jurar por nada. Pero, ¿qué hay detrás de esta mayor exigencia?


Un amor más grande

La Nueva Ley de Cristo es más grande, más exigente, porque se funda en un don más grande: el don de Dios mismo.

«Y os daré un corazón nuevo, infundiré en vosotros un espíritu nuevo, quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Infundiré mi espíritu en vosotros y haré que os conduzcáis según mis preceptos y observéis y practiquéis mis normas» (Ez. 36, 26 – 27).

¿Cómo podríamos cumplir la ley de Cristo sin este “don” de Dios? Dios habla de un espíritu nuevo, de un corazón nuevo. Y, por eso mismo, de una actitud nueva: porque tu actitud es el aroma de tu corazón.

Una actitud nueva ante sus mandamientos; ante las exigencias de tu fe; ante las exigencias de la caridad cristiana. Si tu actitud huele mal, tu corazón no anda bien. Y tu actitud huele mal si huele a derrota, a pesimismo, a “excesiva fragilidad”…

Si tu actitud, en cambio, es como te la pide Cristo: de “ir más lejos”, de conquistar pequeñas victorias de 10, 20, ó 30 yardas, tu corazón huele bien. Recuerda el salmo de hoy: “Dichosos los que caminan en la ley del Señor”.

Una vocación más grande

La nueva ley revela la verdadera vocación de nuestro corazón: dar más. El corazón humano fue “diseñado” para “tender a más”. La esencia de la persona es “abierta” y “en tensión”. Benedicto XVI: estamos llamados “ser más”. Una mesa no podrá ser nunca “más mesa”. Una persona, en cambio, puede ser cada día “más persona”.

En la feria del libro de Madrid: Queda prohibido llorar sin aprender, levantarte un día sin saber qué hacer… Queda prohibido no sonreír a los problemas, no luchar por lo que quieres; abandonarlo todo por miedo, no convertir en realidad tus sueños. Queda prohibido no intentar comprender a las personas; pensar que sus vidas valen menos que la tuya; no saber que cada uno tiene su camino y su dicha... Queda prohibido no crear tu historia, no tener un momento para la gente que te necesita; no comprender que lo que la vida te da, también te lo quita. Queda prohibido no buscar tu felicidad; no vivir tu vida con una actitud positiva; no pensar en que podemos ser mejores; no sentir que sin ti, este mundo no sería igual” (Pablo Neruda).

Conclusión

Sí, la ley de Cristo es más exigente. Porque esconde un amor más grande. Porque esconde un don más grande. Porque esconde una invitación más grande: “Dame tu mejor actitud; dame tu mejor esfuerzo”. Tu actitud es el aroma de tu corazón.

Que María Santísima, con su ejemplo de fidelidad y con su intercesión, nos ayude a responder a esta llamada de Cristo a dar más, a darle “lo mejor” de nuestro corazón.


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