Domingo XVII del Tiempo
Ordinario
Parroquia de Ntra.
Sra. de Fátima
Monterrey, N.L.
Superando la obsolescencia
Cada año hay ferias
y exposiciones para presentar lo último en computación, automovilismo,
electrónica, moda, etc. No faltan en ellas presentaciones espectaculares de los
modelos más recientes de computadoras, tabletas electrónicas, teléfonos celulares,
etc. En el fondo, las ferias y exposiciones demuestran que no hay invento
humano que resista la prueba de la obsolescencia. Tarde o temprano, el mismo
hombre inventará algo mejor. A partir de hoy, y en los próximos cuatro
domingos, la Iglesia nos presenta un “producto” que ha resistido todas las
obsolescencias. Un producto que jamás ha tenido versiones 2.0, 3.0, 4.0, etc. Un
“producto” que es, al mismo tiempo, lo más nuevo y lo más antiguo de la Iglesia:
lo más nuevo en diseño, economía, rendimiento y eficacia; y, al mismo tiempo, lo
más antiguo, pues mantiene hasta hoy su versión “clásica” –un pan ázimo–: la
Eucaristía. El Evangelio de estos cinco domingos está tomado del capítulo sexto
de san Juan: el “capítulo eucarístico” por excelencia, en el que Jesús obra el
milagro de la multiplicación de los panes y después expone, en una larga
discusión con los fariseos, su inimaginable doctrina sobre la Eucaristía.