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Aquí podrán leer capítulos de "Vicios & Virtudes", guías, frases, fotos y otras publicaciones. Los lunes estará disponible el nuevo video con la homilía del evangelio y la versión en texto. ¡Gracias por su visita!

domingo, 29 de agosto de 2010

EGOÍSMO.

El máximo enemigo en la vida

         La vida nunca ha sido fácil. Hay días en que todo sale mal. El agua de la ducha está helada; los niños, insoportables; el tráfico, espantoso; las noticias, pésimas; y una oscura nube de mal humor se cierne sobre el horizonte. Son los enemigos cotidianos de la serenidad.
Pero ninguno de ellos como nuestro ego, cuando anda desatado, inflamado o lastimado. Nuestro ego magnifica todos los pesares. Un alto empresario colombiano decía que «el ego es como la velocidad: agrava cualquier accidente»[1]. Cuando nuestro ego está en su lugar, ningún accidente puede robarnos más tiempo que el necesario para resolverlo.
La palabra “ego” viene del latín, y significa simplemente “yo”. La traducción literal de “egoísmo” sería “yoísmo”: un afán desmedido de defender, proteger, magnificar, complacer, mimar el propio yo, normalmente a costa de los demás. Dicho de otro modo, es el amor desordenado de uno mismo.



viernes, 20 de agosto de 2010

Entrevista: "VICIOS & VIRTUDES"

Entrevista del P. Alejandro Ortega L.C. con Pedro Ferriz de Con en Imagen sobre el libro Vicios & Virtudes. Clic  AQUÍ.

lunes, 16 de agosto de 2010

domingo, 15 de agosto de 2010

Diseñados para amar.

La ciencia más avanzada muestra que la lenta evolución del cosmos hasta la aparición del hombre sobre la Tierra obedece a un diseño inteligente. La Inteligencia creadora todo lo dispuso para que el universo fuera el hogar de una creatura privilegiada. ¿Cómo no pensar que esa creatura es fruto también de un alto diseño? El diseño refleja la función, el para qué de algo. Los ventiladores eléctricos cuentan con aspas en forma circular, inclinadas en un determinado ángulo; fueron pensados para arrojar aire.

lunes, 9 de agosto de 2010

El inicio.

"Quien no se conoce, probablemente vive en la ilusión; quien se conoce pero no se acepta, tal vez caiga en la desilusión; quien se conoce y se acepta, pero no se supera, quizá ceda al conformismo"

Debo a Alexander Solyenitsin una de las intuiciones más certeras que conozco sobre el hombre. El escritor ruso desterrado al archipiélago Gulag cuenta en sus memorias cómo un día, tras recibir una golpiza, tuvo un delirio de venganza. Imaginó que la situación se invertía. Que sus verdugos pasaban a ser presos y él, verdugo. Sintió de pronto cómo la maldad hacia erupción en su interior. Manaba a borbotones desde una oscura y hasta entonces desconocida fuente. Se vio a si mismo, casi extasiado, desquitándose con extrema saña y crueldad. Entonces recapacitó y cayó en la cuenta de una tremenda e inquietante realidad: la línea divisoria entre el bien y el mal no separa a unos hombres de otros -los "buenos" y los "malos"-, sino que atraviesa de punta a punta el corazón de cada hombre.