XVIII Domingo del Tiempo Ordinario - 31 de julio
de 2011
Parroquia de Fátima - Monterrey, N.L.
El “factor Rh” del corazón
En 1940, dos
científicos (Landsteiner y Wiener) descubrieron un antígeno en la sangre, al
que llamaron factor Rh (de Rhesus,
que significa en griego “mono”). La
presencia o ausencia de este antígeno en la sangre tipifica a las personas como
“Rh+” o “Rh-”. Pienso que, además de
este “factor Rh” en la sangre, debe haber un “factor Rh” en el corazón que
determina su habilidad para responder a
las necesidades de los demás. Un
autor moderno, queriendo explicar el significado de la palabra
“responsabilidad”, hizo un curioso “análisis etimológico” de la palabra en
inglés: “Response – Ability”. En español, la palabra sonaría igual,
pero con una “h” intercalada: “Respons-habilidad”. Pienso que éste sería el “factor Rh” del corazón.
Dos tipos de personas
Según este factor,
habría también dos tipos de personas:
Las “Rh+”, que tienen
esta capacidad o “habilidad para responder” a las necesidades de los demás. Las “Rh-”, que no la tienen. La habilidad para responder a las
necesidades de los demás no se improvisa. Está enraizada en una “personalidad”
o manera de ser, que pudiéramos caracterizar así:
Personalidad
Rh+
|
Personalidad
Rh–
|
Compasiva
|
Egocéntrica
|
Humilde / servicial
|
Apática / indiferente
|
Desinteresada
|
Busca su interés
|
Generosa
|
Avara
|
Alegre
|
Triste
|
Tres casos de estudio en el evangelio de hoy…
1er caso: Jesús (Rh+)
Viene de una terrible
pérdida: su primo Juan acaba de ser asesinado. Jesús era humano… muy humano. Estaría muy triste, posiblemente
llorando –y no sería la única vez en su vida–. Juan no sólo era “su primo”: era
su profeta, su precursor. Cuando nació, Zacarías, su padre, pronunció sobre él estas
palabras inspiradas: “Y a ti, niño, te llamarán profeta del
Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su
pueblo la salvación, el perdón de los pecados”. Y Jesús mismo diría de él: “Os
aseguro que no ha nacido de mujer nadie más grande que Juan el Bautista”. Al
recibir la noticia de su muerte, Jesús quiso retirarse a un lugar solitario.
Tal vez buscaba ese espacio que todos necesitamos cuando sentimos un dolor
profundo… Pero ¿qué encontró? La
gente se le adelantó por tierra. Al desembarcar, vio una muchedumbre que le
esperaba “como ovejas sin Pastor”. Jesús –dice el Evangelio– se compadeció de ella... Compadecerse de los demás cuando uno mismo
lleva una gran pena en el corazón: eso es “respons-habilidad”. Jesús, por
tanto, es clarísimamente Rh+
2º caso: los apóstoles (Rh+)
El Evangelio no
oculta los defectos de los apóstoles. De hecho, es una de las pruebas de su
autenticidad. En esta ocasión, sin embargo, destaca al menos dos aspectos muy
positivos. Como si Jesús no se hubiera dado cuenta, le hacen ver que está
anocheciendo y la gente no ha comido… Éste es su primer gesto de “respons-habilidad”:
preocuparse de los demás. El segundo gesto de “respons-habilidad” lo tienen cuando
Jesús multiplica los panes y les toca
repartir el pan a la muchedumbre. ¡Ellos tampoco habían comido…! Pero los
imagino emocionados y, sobre todo, felices, repartiendo pan a manos llenas a
aquella muchedumbre. Se cumplía así, realmente, lo que Jesús les había dicho
antes: “Denles ustedes de comer”. ¡“Respons-habilidad” significa aquí: servir,
servir y servir!
3er caso: el niño de los panes y los pescados
(Rh+)
Hay un personaje clave,
que no aparece en la escena narrada por Mateo. Pero en el Evangelio de Juan sí
aparece. ¿De dónde salieron los cinco panes y los dos pescados? Los traía “un muchachito”. Dice textualmente el Evangelio de Juan: “Dícele
uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro: Hay un muchachito aquí
que tiene cinco panes de cebada y dos pescadillos…” Parece que él fue el único que llevó “lunch” al retiro…, y ahora
resulta que se lo piden para quién sabe qué cosa… Siempre me he preguntado qué hubiera pasado si ese muchachito, en
lugar de dar sus cinco panes y sus dos pescados, se hubiera quedado con un pan
y un pescado para él, pensando: “bola de improvisados y pediches…”. Posiblemente no hubiera ocurrido ningún milagro… Porque Jesús, para obrar milagros, no nos
pide “mucho”. Sólo nos pide “todo”. Afortunadamente, nuestro muchachito era
“Rh+”: fue muy generoso y entregó todo... Era más maduro que muchos de
nosotros…, porque la madurez humana no se
mide en años sino en capacidad de entrega a los demás; es decir, en
“respons-habilidad”.
Y tú, ¿de qué tipo eres?
Según la estadística
médica, aproximadamente el 85% de la población mundial es Rh+ y el 15% es Rh-. Si
te hicieras hoy un test para saber el “Rh de tu corazón”, un test de
“Respons-habilidad”, ¿qué tipo serías?
- ¿Eres egocéntrico, indiferente y avaro? ¡Eres Rh-!
La buena noticia es
que, a diferencia del Rh de la sangre, el Rh del corazón sí puede cambiar. Y no
hace falta cambiar toda la sangre. Basta con cambiar un poco el corazón.
María, la Mujer Rh+ por excelencia
María ha sido la
Mujer más positiva que ha existido. Ella ha sido y es la Compasiva, la
Servicial, la Generosa por excelencia. Que Ella nos inspire estas mismas
actitudes y vivamos así cada vez más la “respons-habilidad”
cristiana.
+