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lunes, 28 de mayo de 2012

LA ORACIÓN QUE CAMBIÓ LA HISTORIA


VI Domingo de Pascua - 13 de mayo de 2012
Solemnidad de la Virgen de Fátima
Parroquia de Ntra. Sra. de Fátima - Monterrey, N.L.


La Virgen de Fátima

El día de hoy, 13 de mayo, las iglesias y santuarios  de la Virgen de Fátima celebran su fiesta patronal. Hace 95 años, el 13 de mayo de 1917, la Virgen María se apareció por primera vez a tres niños –Lucía, de diez años, Francisco, de ocho, y Jacinta, de seis, en un caserío de Portugal llamado Fátima. El suceso dio la vuelta al mundo… Corrían años muy difíciles. Desde 1914, una guerra de dimensiones apocalípticas asolaba Europa: la primera guerra mundial. El 5 de mayo de 1917, en un intento supremo por aplacar la catástrofe de la guerra, el Papa Benedicto XV decretó que se añadiera a las letanías del Rosario la invocación: “Reina de la Paz, ruega por nosotros”. Ocho días después, María se aparecía en Fátima con la promesa de la paz, si los hombres y los pueblos se convertían al amor. Y María insistía, para ello, en que se rezara mucho; especialmente el Santo Rosario. Ella misma, en su aparición, se mostró con un gran rosario blanco en sus manos.


El poder de la oración

Muchos años después, un incidente dramático atrajo de nuevo la mirada del mundo hacia la Virgen de Fátima… El 13 de mayo de 1981, en pleno recorrido por la Plaza de San Pedro, el Papa Juan Pablo II se desplomaba abatido por dos disparos del turco Ali Agca. Una serie de coincidencias milagrosas salvaron la vida del Papa: Una ambulancia donada una semana antes a la Plaza de San Pedro, para cualquier eventualidad. Un tiempo récord de 8 minutos hasta el Policlínico Gemelli, en pleno tráfico de mediodía. El jefe cirujano del Gemelli, que, sin saber nada, prende en ese momento la radio de su carro y se traslada de inmediato al hospital. Una rara trayectoria de la bala, que pasa a escasos milímetros de la aorta abdominal. Tiempo después, el Papa visitó y perdonó en la cárcel a su agresor. Se cuenta que Ali Agca le dijo al Papa: “No sé cómo usted está vivo; yo no me equivoco al disparar”. Y el Papa le respondió: “No te equivocaste ni de arma ni de puntería; te equivocaste de fecha…”. Era un 13 de mayo… día de la Virgen de Fátima. Hoy sabemos que el tercer secreto de la Virgen de Fátima tenía que ver con un acontecimiento así: sor Lucía vio a un Obispo, vestido de blanco, que caía muerto abatido por las balas. El hecho de que el Papa no muriera fue interpretado por él mismo con una conclusión apodíctica sobre el poder de la oración: “la oración es capaz de cambiar el curso de la historia”. “Una mano disparó y otra dirigió la bala…”, comentó el propio Papa. Años más tarde, Juan Pablo II visitaría el Santuario de la Virgen en Fátima y colocaría la bala de su atentado en la corona de la Virgen.

El poder del Rosario

La misma lección sigue siendo válida hoy: la oración puede cambiar el curso de la historia. Y hablamos aquí, en particular, de la oración mariana, del Santo Rosario. Nos encontramos, en cierto modo, en el corazón del mes de mayo; mes dedicado a la Virgen María. Mes en el que tradicionalmente se reza el Santo Rosario y se ofrecen flores a la Virgen. No sé cuántos de ustedes recen el Rosario. Hoy es un día para retomarlo. Algunos piensan que el Rosario es una oración puramente repetitiva. No es así. El Rosario es, sobre todo, una oración contemplativa, centrada en Cristo. Lo puso de relieve el Papa Juan Pablo II en su carta apostólica sobre el Santo Rosario, Rosarium Virginis Mariae, del año 2002. Se cumplen ahora 10 años de esa hermosísima carta. Por lo demás, el Rosario es una de las oraciones más humanas y realistas; es una de esas oraciones con las que todos nos sentimos en plena sintonía, por las palabras que dice. En una carta a un amigo suyo, el filósofo francés Charles Péguy escribía: «Nuestra Señora me ha salvado de la desesperación. Éste era el mayor peligro. La gente como nosotros tiene siempre bastante fe y bastante caridad. Es la esperanza la que puede faltarnos… Figúrate que, durante dieciocho meses, no pude recitar el Padrenuestro… Yo no podía decir “Hágase tu voluntad”. No podía decirlo. ¿Comprendes lo que es esto? No podía rezar a Dios, porque no podía aceptar su voluntad. Es horrible. No se trata de recitar oraciones de boquilla. Se trata de decir verdaderamente lo que se dice. Y yo no podía decir verdaderamente “Hágase tu voluntad”. Entonces recé a María. Las oraciones dirigidas a María son las oraciones de reserva…  No hay ni una en toda la liturgia, ni una, ¿entiendes? ni una que el más miserable pecador no pueda decir verdaderamente. En el mecanismo de la salvación, el Ave María es el último socorro. Con él no se puede estar perdido».

Reina de la Paz

También hoy, el Ave María es la oración para toda ocasión. Lleva siempre contigo un rosario o, por lo menos, un decenario. Sácalo y rézalo. No te dé vergüenza. Rézalo cuando vas de viaje. Rézalo en una sala de espera. Rézalo en un trayecto a la escuela o la oficina. Rézalo el sábado en familia. Rézalo en una capilla, ante el Santísimo…

Juan Pablo II lo rezaba siempre en sus traslados. Era –según dijo– su oración predilecta. Si quieres paz en tu corazón; si quieres paz en tu familia; si quieres paz en tu ciudad; si quieres paz en el mundo; reza el Rosario, reza a María. A Ella, Virgen de Fátima y Reina de la Paz le pedimos hoy, especialmente, ruega por nosotros.

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