IV Domingo de Pascua - 29 de abril de 2012
Parroquia de Ntra. Sra. de Fátima - Monterrey, N.L.
Jornada mundial de oración por las vocaciones
La Iglesia dedica este cuarto domingo de Pascua a una jornada especial de oración por las vocaciones. El matrimonio es ciertamente una vocación –tan santa y tan buena como la vocación a la vida sacerdotal y consagrada–. Pero el enfoque de la Iglesia en este día se centra especialmente en las vocaciones a la vida sacerdotal y consagrada, como dedicación plena a Dios, a la Iglesia y a la sociedad. Toda vocación brota del amor de Dios. Y ese mismo amor es su finalidad. Los hombres y las mujeres consagrados son, en cierto modo, los encargados de que no se apague la llama del amor de Dios en el mundo. Pero ciertamente, toda vocación es un drama. La palabra drama no significa dificultad o tormento; significa un hecho o suceso que te afecta o conmueve profundamente. Escuchar el llamado de Dios, aceptarlo y seguirlo es, en síntesis, el drama de toda vocación al sacerdocio o a la vida consagrada, en cualquiera de sus formas.
De dónde nacen las vocaciones
El Papa Benedicto XVI, en su mensaje con motivo de esta jornada por las vocaciones, empieza por recordar que toda vocación brota del amor de Dios. Sólo quien se siente amado, puede sentirse llamado. El amor siempre es primero. En segundo lugar, Dios llama a amar. Hace falta generosidad para recibir un amor tan grande y no ahogarlo en los repliegues del propio egoísmo. La generosidad del hombre es la compuerta del amor de Dios. En tercer lugar, el Papa insiste en el valor de la familia, como primer seminario de toda vocación. Ella ha de ser el terreno fértil donde la semilla de la vocación germine y dé sus primeros frutos. Esto supone, como anota el Papa, un clima de oración, de práctica sacramental y de escucha de la Palabra de Dios.
Mi vocación
Hoy quiero compartirles, con humildad y gratitud, del drama de mi vocación, tres conclusiones:
- Dios no te llama porque seas bueno, sino para que lo seas.
- De tu “sí” depende mucho más de lo que te imaginas.
- Dios sí cumple… el 100 por 1.
María Madre de las vocaciones
Mi primera Misa de foráneo: en Fátima.
En plena decisión vocacional: Romería a Fátima
Después del candidatado: en Fátima
Y ahora…
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