IV Domingo Pascua - 15 de mayo de 2011
Parroquia de Fátima - Monterrey, N.L.
“Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia”
Un autor no católico: “Dios quiere que vivas en abundancia…. Así es que, cuando pidas algo a Dios, pídeselo “en grande”: si le pides una casa, pídele una casa grande; si le pides un coche, pídele un coche grande; si le pides un trabajo, pídele un trabajo grande…
En realidad, no parece el tipo de “abundancia” que Jesús nos promete. Jesús quiere que tengamos vida en abundancia…, y eso supone entender en qué consiste “vivir” realmente.
Vivir es servir
Servir a los demás es la manera más inmediata de tener vida en abundancia. El mismo que dijo “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” dijo: “Yo no he venido a ser servido sino a servir”. “El que no vive para servir, no sirve para vivir”.
Vivir es aprovecharlo todo
“Tutto fa brodo…” (“Todo hace caldo”), dicen en Italia. De hecho, un buen caldo está hecho de ingredientes que, separadamente, pueden saber muy mal. Todo lo que se presenta en tu vida, especialmente lo que cuesta, es un regalo, cerrado, con moño: ábrelo y podrás aprovecharlo.
Vivir es bendecir y glorificar a Dios en todo momento
Tanto más vivimos cuando más bendecimos a Dios. Qué hermosa, qué plena, qué valiosa es la vida del que en todo y por todo bendice a Dios…
Para eso fuimos creados: para amar, servir y bendecir a Dios.
Carta de un joven arquitecto, invadido de cáncer, a un amigo, poco antes de morir (febrero 2001): «Yo no sé lo que vaya a pasar conmigo y con mi vida, pero realmente me siento un hombre privilegiado porque Dios me ha escogido para ser compañero de Jesucristo en el momento en que tiene que llevar su cruz. Sin embargo, yo sé que lo importante es aceptar las cosas con amor y confiar en que, siguiendo siempre el camino que Dios nos va marcando, todo tiene que ser excelente, independientemente de que ahora veamos la meta o no. Quiero que sepas que mi cruz no es de resignación y de espera, sino de lucha y de esperanza, pues yo dejaré hasta la última gota de sangre en el campo de batalla, y no porque no acepte aquello que Dios me ha enviado, sino porque Él me ha pedido que mi testimonio consista en no dejarme vencer aunque parezca que ya no hay esperanza. No me quiero morir, y no tanto porque me dé miedo (que también da) sino porque como ya te lo he dicho en varias ocasiones, Dios me está pidiendo que luche y porque creo que la vida es un don demasiado precioso como para dejarlo ir así nada más.... yo sigo y lucho, hasta donde Dios quiera, aunque a veces me parezca incomprensible. Te quiero invitar a ti a hacer lo mismo, a que dejes de añorar que Cristo te quite el peso de la cruz que te invita a abrazar con amor. Lo que Dios nos va preparando cuando seguimos su camino es mucho mejor de lo que te imaginas (comprobado por mí), porque la bondad infinita de Dios supera cualquier expectativa humana que te hayas hecho».
Jornada mundial de oración por las vocaciones
Hoy es Domingo del Buen Pastor: la Iglesia anima a los fieles a pedir especialmente por las vocaciones a la vida sacerdotal y consagrada.
Esta mañana escuché las memorias vocacionales del P. Óscar Cabello, un legionario recién ordenado. Su abuelo con demencia senil…: “Hoy estoy besando a un Cristo de carne y hueso”.
Conclusión
Dios quiere que tengamos vida y vida en abundancia: sirviendo, aprovechando y bendiciendo. Que María Santísima nos alcance la gracia de aprovechar cada momento de la vida para vivir en abundancia.
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